La zona vulvo-vaginal es una parte muy sensible de nuestro cuerpo y es normal notar cambios, texturas o pequeñas alteraciones en la piel. Uno de los motivos más frecuentes de consulta es la aparición de granitos o protuberancias. Pero, ¿es normal? En este artículo te contamos cuándo pueden ser inofensivos y cuándo es mejor acudir a revisión.
No siempre son un signo de algo grave. Algunas causas frecuentes son:
Folículos pilosos inflamados: Los vellos encarnados tras la depilación son muy comunes.
Glándulas sebáceas visibles: Algunas mujeres tienen glándulas más marcadas, se sienten como pequeños bultitos.
Quistes de Bartolino: Son bultos que aparecen cerca de la abertura vaginal por obstrucción de glándulas.
Verrugas genitales: Si notas que los bultos crecen, se multiplican o cambian de forma, podrían ser verrugas por VPH y necesitan valoración médica.
Acude a tu ginecóloga si:
Los granitos son dolorosos, supuran o tienen mal olor.
Presentas picor intenso, ardor o enrojecimiento.
Aparecen múltiples protuberancias de forma repentina.
Tienes fiebre o malestar general asociado.
Mantén una higiene íntima adecuada, sin exceso de duchas vaginales.
Usa ropa interior de algodón y evita prendas ajustadas.
Si te depilas, hazlo con precaución para evitar vellos encarnados.
Acude a revisiones ginecológicas periódicas para detectar cualquier alteración a tiempo.
Tener granitos en la zona vulvo-vaginal puede ser algo completamente normal, pero es importante aprender a diferenciar entre lo que es parte de la anatomía y lo que podría indicar una infección u otra condición que requiere atención. Si tienes dudas o molestias, no dudes en acudir a tu ginecóloga. ¡Recuerda que cuidar tu salud íntima también es autocuidado!
